Como tantas otras prácticas, en la actualidad el acto de leer se ve atravesado por una variada y compleja multiplicidad de soportes y formatos. El cine, el teatro, la música, la plástica, la danza y la
s nuevas formas de escribir, han ido modificando el proceso lector tal y como lo conocíamos. El cuerpo, la voz, la imagen y aún la arquitectura reconvierten entonces en potenciales espacios de escritura y, por tanto, de lectura.

Durante la Semana de la Lectura distintos espacios de la ciudad, tradicionalmente consagrados a otro tipo de prácticas, se abocan a desarrollar su propio ejercicio de lectura. Cruzar entonces el tradicional acto de la lectura -y su actor por antonomasia, el libro- con otros hechos y objetos culturales: yuxtaponerlos, imbricarlos, amalgamarlos, contaminarlos, siempre disfrutando del proceso; tal es el reto de esta acción.
- La cocina de la lectura: se trabajarán en dos espacios, la fábrica de libros (en La Isla de los Inventos) y un cruce entre gastronomía y lecturas.
Lectura de epitafios: se desarrollará en la explanada del Cementerio El Salvador.
La ciudad como texto: desde el Museo de la Ciudad se propone a Rosario como un gran texto que puede ser leído desde distintas perspectivas.
Lecturas plásticas: el Museo Castagnino y el MACRO abrirán al público su colección de libros editados con su sello en los alrededores de este último.
Leer cine: el CAR junto con el Diario La Capital proponen un espacio de cine con una programación que articula cine, escritores y lectura de guiones.
Leer el cuerpo: la danza, la poesía y la palabra se pondrán en juego a partir de intervenciones concretas en espacios públicos.
Leer es un golazo: el deporte y la lectura con sus protagonistas.
Lecturas musicales: la música como texto que suena. Homenaje a María Elena Walsh. El tango y la poesía.
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