Un museo con dos sedes. Dos instituciones unificadas en un solo museo, sostenidas en su diferencia: manteniendo el Castagnino el lugar de lo histórico que ya tenía y que pasó a constituir el piso lógico y concreto de una construcción volátil e incierta (Museo de Arte Contemporáneo de Rosario-MACRO).
La unificación en una única colección Castagnino+MACRO posibilitó la reflexión respecto de los lugares de construcción -y deconstrucción- que ofrecía el recorte de lo contemporáneo para pensar desde allí, por ejemplo, lo moderno y cómo éste remitía sin cesar -desde su otro- de nuevo a lo contemporáneo.
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